domingo, 1 de mayo de 2011

La verdad de la milanga de berenjena

Aquella tarde de domingo pascual, con una resaca tremenda y un ataque al hígado característico de haberse clavado unos 5 huevos de pascua y 20 chocolatines derivados de dicha festividad, como siempre después de un fin de semana largo, la apertura del bar, estaba a cargo de la mesera de confianza de Alejo: “Vicky” (Suena a “Piqui” pero para evitar enojos post-publicación, mejor dejamos los pseudónimos…)

Luego de limpiar todo el kilombo de la noche anterior con su preparación exclusiva quita-manchas, elaborada a base de aguarrás, lavandina, Mr. Músculo y Cif Multiuso, encontró de todo: Una alianza de oro de un tal “Eduardo”, fechada en el 2008, una bombacha del tamaño de una carpa estructural para 8 personas, una maraca con forma de banana, un portaligas rojo, un cable Mini USB, un pote de dulce de leche y un DNI. 

 
Para su sorpresa, al abrir el documento y chequear el nombre, era el nombre de ELLA… Su peor enemiga de la infancia… Aquella chica con la que había tenido innumerables pesadillas y con la que más de una vez, con sólo pensar en su nombre se había hecho pis encima… Todavía recordaba aquella tarde en el kínder 5. Al mirar su mano, todos los días encuentra la cicatriz que ELLA le había dejado de manera imborrable en su piel… Años de terapia y todavía no lograba olvidar aquel episodio atroz. Tanta mala suerte tenía de encontrar esa documentación en su lugar de trabajo? Era mala o buena suerte?

De pequeña ella superaba siempre a ELLA en todo lo que tenía que ver con lo académico. Sin embargo, luego de aquella batalla campal, su cabeza nunca sirvió para nada más que no sea limpiar copas, servir panchos y limpiar ese sucucho infernal. ELLA la había marcado para siempre. Era su momento de actuar y tomar venganza. Había esperado tanto tiempo que por fin la vida le prestaba esta oportunidad.
Alejo ingresó al bar tambaleando y con la camisa llena de sangre.

Vicky, consternada y un poco desorientada (Ya que no era normal verlo a Alejo de esa manera los domingos… Siempre que se mamaba lo hacía de lunes a miércoles) le preguntó que le pasó, a lo que Alejo le respondió:
- Nada Vicky! Todo bien… Fui al campo de mi tío a un asado y el cabrito que degolló me salpicó un toque, pero todo bien.

Vicky se hizo la boluda, obviamente no le creyó y de inmediato, guardó el DNI que había encontrado en el bolsillo de su delantal para poder planear su represalia con la cabeza centrada, ya que la venganza es un plato que se come frío, como la comida de navidad, que es la que sobra de noche buena.

Maca se levantó ese día de mal humor y además tenía el almuerzo familiar de domingo de pascuas. Se vistió rápido, se puso los primeros trapos que encontró (todo de mil palos para arriba) y sus botas hechas a medida de piel de lengua de guacamayo silvestre y se fue a la casita (mansión) de sus viejos.

Venía todo bien durante aquel almuerzo hasta que la sirvienta de la familia, Armenia, cuando traía los huevos Fabergé de pascua (Finas piezas elaboradas a base de chocolate de leche de cabra hindú con finas joyas Scharovsky incrustadas a mano por indígenas de la Sabana), dejó caer el suyo.

Armenia: “Disculpele usted señora García, que io no le quería tirarlo! La alfombra persa de la señora me hizo perder el equilibrio”
Maca: “La puta madre que te parió Armenia! Indocumentada del orto! Seguí trabajando así y te devuelvo al taller textil de esclavos del que te salvaron mis viejos!!!”
Ahí en su mente volvió a oir sus palabras… “Indocumentada” y pensó “El degollado se ríe del cuchillo de palo… no pará, no era así, era… el muerto se ríe del que Dios lo ayuda… NO! Boe ya fue. Yo también estoy indocumentada! Tengo que recordar donde quedaba el bar, recuperar mi DNI y volver a ver al flaco ese!.”

Agarró su MAC con LINUX y se iluminó! (se había encendió la pantalla) y Maca siguió buscando. Después de horas y horas que desembocaron en un rotundo fracaso, decidió irse a la masajista ya que, la agobiante tarea del rastreo, la había dejado con más nudos que las luces del arbolito de navidad (No, no es un capítulo especial de navidad ni nada parecido).

La masajista luego de descontracturarla toda, le dijo “Che, tenés el pelo super largo, ándate a la pelu que tenés terrible quilombo” a lo que Maca le respondió “Sabes que sí? Mañana mismo me voy a la nueva peluquería de Roberto Banano que la inaugura en Recoleta.

Ya llegada la noche y con el bar vacío, decidió cerrar. Mientras ponía el pasador, los candados, bajaba la persiana y le daba 2 vueltas de llave a la puerta, notó mucho movimiento en frente, algo nuevo iban abrir y pensó  “Seguramente mañana me enteraré”.

Lo que Alejo no sabe es que ese nuevo emprendimiento iba a traerle algo más que un dolor de cabeza y lo que Maca no sabía, es que está a un paso de encontrar “lo de BARtolo”.

PD: Distintas resacas pascuales, escritoras que se fueron a chocar autos al monte, y la paja de otro escritor tras varios días de joda, no hicieron posible la subida del capítulo de la semana pasada… Bueno, en realidad festejamos el día del trabajador por adelantado y duró una semanita. Porque somos re heavys, re jodidos, nos tomamos los feriados cuando se nos canta, ok?!

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